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Un punto clave en la inversión inmobiliaria: ¿Qué significa ser sujeto de crédito?

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Abstract:

Para poder comprar una vivienda, la mayoría de la gente busca financiamiento mediante un crédito hipotecario. Para poder entender mejor este mecanismo, resulta fundamental el poder conocer cuáles son los requisitos, cómo funciona, qué piden las entidades que otorgan estos préstamos de largo plazo y quiénes son los candidatos que mejor cumplen con los criterios de confiabilidad. ¿Es lo mismo ser sujeto de crédito que estar aprobado? Te lo explicamos a continuación.

 

Introducción:

El comprar un bien inmueble, sigue siendo una de las inversiones más seguras y rentables, así como también una de las más significativas para buena parte de la población. Hoy en día, considerando que se ha registrado un alza sostenida en los precios de las propiedades y que los requisitos para poder acceder a un crédito hipotecario se han tornado un tanto más complejo de alcanzar, el sueño de la casa propia sigue en pie.

El primer paso para poder acceder a una vivienda y entrar al mundo de la inversión inmobiliaria es entender un poco la industria y, sobre todo, comprender cómo es que se otorgan los créditos hipotecarios, que es la ruta más habitual para poder adquirir un bien raíz.

Para quienes ya cuentan con una mayor trayectoria y dinero, será factible comprar una vivienda al contado. No obstante, para la inmensa mayoría de la gente, la forma de llegar a ser propietarios será vía un crédito hipotecario, que básicamente consiste en conseguir un préstamo a largo plazo, que se pagará en un período establecido.

Así, con este mecanismo, la institución paga la totalidad de la casa o departamento y luego, el cliente deberá ir saldando la deuda directamente con esta, durante 15 o 20 años, con pagos mensuales. Pero ¿cómo funciona y qué se necesita para ser parte de esto?

 

¿Qué significa ser sujeto de crédito y cuáles son los requisitos?

Si bien cada banco o entidad financiera plantea diversos requisitos, existen una serie de criterios y condiciones para las personas que lo pretenden, tales como una suficiente solvencia económica, la capacidad de endeudamiento, la edad de quien lo solicita (18 o en algunos casos, 21) y el pie que puede aportar al momento de adquirir el compromiso, lo cual definirá el valor del dividendo y de las cuotas a pagar.

El pie o capital de inicio, que suele ubicarse alrededor de un 20% del valor total de la propiedad, es un aspecto que tiene una cierta trascendencia; sin embargo, no es el único punto para tomar en cuenta ni el más determinante, a diferencia de lo que muchos podrían pensar. Si bien este es una arista clave y, ciertamente, puede ayudar bastante el contar con ahorros, existen otros factores que adquieren una mayor relevancia de cara a un contrato que mira hacia el futuro y que se basa netamente en una confianza fundada en datos.

El banco o institución que evaluará al comprador del inmueble pondrá especial atención al historial bancario y crediticio de este, asegurándose que sea confiable en términos económicos y que tenga una determinada estabilidad, en base a determinada información, como, por ejemplo, los ingresos (liquidación de sueldo), el nivel educacional y la proyección laboral. Asimismo, muchas veces, para comprobar la capacidad de pago, se suele pedir la acreditación de otros bienes, como autos, otros bienes raíces o participación en empresas.

Finalmente, uno de los requisitos más trascendentes para poder ser considerado sujeto de crédito es la verificación de deudas en Dicom, u otras instituciones de registro de deudas.

En resumen, ser sujeto a crédito implica básicamente ser un buen candidato al crédito, que cumple, a priori, con los principales criterios impuestos por la entidad financiera que otorgará el préstamo. Luego, esta deberá llevar a cabo una investigación minuciosa para determinar si este será aprobado.

 

Diferencia entre ser sujeto a crédito y estar aprobado para el crédito

Recurrentemente, los clientes de los bancos reciben notificaciones en que se les comunica que tienen un crédito de consumo o de otro tipo preaprobado; en base a un análisis superficial realizado en primera instancia. En esta situación, se posiciona al potencial solicitante como un candidato viable, en cuanto cumple, en principio, con los criterios más importantes para poder acceder a este beneficio.

Sin embargo, cabe mencionar que existe una brecha entre estar aprobado y ser sujeto de crédito, en cuyo caso solamente se define la posibilidad de una postulación potencialmente exitosa. El proceso de evaluación y negociación opera en función de un acabado análisis de los antecedentes anteriormente descritos.

En la mayoría de los casos, al estar preaprobado, se puede llevar a cabo una simulación del crédito, para poder conocer las condiciones, plazos e intereses asociados al pago de este.  Asimismo, se dejará establecido si se aplicará una tasa fija, variable o mixta. En el caso de que se requiera un préstamo hipotecario, la mayoría de los bancos ofrecen la posibilidad de ingresar una serie de datos en un formulario y comenzar con el proceso de solicitud.

 

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